8/07/2010

Justin el memorioso

El más curioso de los géneros literarios es la auto-biografía. Desde mi punto de vista, sólo hay tres motivos que pueden inducir a alguien a escribir su auto-biografía: 1) Un enorme ego, 2) El ansia de justificarse, y 3) El dinero. Por supuesto, han existido muchos casos en los que los tres motivos confluyen.

Se necesita un enorme ego para escribir sobre uno mismo. Hay que creerse el centro del Universo, hay que pasar por alto el hecho que existen otras personas más inteligentes o más astutas o más desgraciadas que uno mismo.

Escribir sobre uno mismo es un acto de solipsismo. Es negar que si eres actualmente no fue por ti mismo, sino a pesar de ti mismo. Aquellos que te rodean, esos que consideras meros satélites o comparsas, son los que realmente hicieron de ti lo que eres.

Porque fueron los encuentros y desencuentros con los demás los que te obligaron a tomar tal o cual decisión, a actuar de esta manera y no de la otra. En otras palabras, fue con su ayuda o con el perjuicio que te causaron lo que te llevó a ser como eres. Por supuesto que las acciones y omisiones de uno mismo afectan o influyen en los demás, pero nadie es un centro por sí mismo. No existe un único centro en ningún lado.

Por otro lado, el acto de justificarse es quizá uno de los motivos más comunes que llevan a alguien a escribir su auto-biografía, sobre todo si eres alguien ligado a la política o tienes una enorme fortuna material.

Si no fuera por el hecho de que muchas veces involucran situaciones serias, las auto-biografías que escriben los políticos resultan sumamente graciosas. Aquí, al contrario del que escribe motivado por su ego, resulta que todas las acciones tomadas por el autor fueron producto de la perfidia de terceras personas o de sus esfuerzos denodados de anteponer El Bien de la Nación a sus aspiraciones personales.

Ahora bien, si tienes casa, coche y perro no necesitas justificarte ante nadie. Pero si tienes catorce casas, ciento cincuenta coches y un galgódromo, de seguro sientes la necesidad de contarle al mundo entero el por qué.

Aunque en esencia la auto-biografía de un millonario no se diferencia de la auto-biografía de un egocéntrico, todos los millonarios te recuerdan constantemente que empezaron su fortuna sin un peso, durmiendo en coches prestados, calzando un solo zapato (sin calcetín) y que todo lo que han logrado hasta ahora fue sólo por su esfuerzo y dedicación. Nunca te dicen nada acerca de la simple suerte ni de pisotear o explotar a los demás para alcanzar “su sueño”.

Por último, tenemos el motivo más común por el que una persona decide escribir su auto-biografía: el dinero. Este motivo no necesita mayor explicación.

Sea lo que fuere lo que motive a una persona a escribir su auto-biografía, el hecho de que se les llame también “memorias” implica también una acumulación de experiencias. Y las experiencias sólo se acumulan con el transcurrir del tiempo.

Es por eso que me dio un ataque de risa cuando el lunes pasado leí en el periódico que Justin Bieber está por publicar sus memorias.

¿Y quién es Justin Bieber? Cualquiera que no lo sepa no tiene por qué sentirse mal. Sólo basta con ver lo que dice Wikipedia de él para ver la razón.

Ahora bien, ¡¿cómo demonios se pueden escribir unas “memorias” con eso?! Créanme, ni Honoré de Balzac hubiera sacado un solo párrafo de ello.

Las “memorias” de Justin Bieber son el tercero de los motivos que llevan a alguien a escribir su auto-biografía llevado al extremo. El chico busca dinero. Rápido. Ya.

La razón de su apuro es obvia: Justin Bieber necesita escribir algo, hacer una película, salir en los medios de una u otra manera porque su tiempo se acaba. Eso lo sabe él, lo sabe su madre, lo sabe el que lo “descubrió”.

Esas “estrellas” sacadas al vapor son como fuegos artificiales. Su despegue es tan rápido que nadie alcanza a ver la estela de humo que deja. Una vez arriba, estalla y refulge durante unos breves instantes. Luego desaparece.

En estos momentos, Justin Bieber estalla con gran estruendo. Uno de sus videos superó la marca de doscientos cuarenta millones de visitas que tenía “Lady Gaga”. Sin embargo, esos doscientos cuarenta millones de visitas no corresponden al mismo número de adolescentes o niñas que lo han visto.

Lo que hacen esas niñas y adolescentes es que cada una de ellas, individualmente, ha visto el mismo video una y otra vez, llevando la estadística a ese enorme número.

¿Por qué, dado que Justin Bieber no tiene nada de especial? (En serio). La razón es que la nueva generación de adolescentes se rige por la idea de que acumular puntos (o “likes” o visitas o “amigos” en Facebook o “seguidores” en Twitter) es sinónimo de calidad.

Acumulando estadísticas es como se llega a la cumbre actualmente. No importa que carezcas de calidad, como Justin Bieber.

Como dijo ayer @jurgenwolff en Twitter: “Just read that Justin Bieber is writing his autobiography. Presumably the first half will cover his 9 months in the womb”.

No podría estar más de acuerdo.

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