5/25/2007

La terrorista enamorada o Cómo deshacerte de una novia loca

Se dice que la vida imita al arte, pero en esta ocasión ni siquiera a los hermanos Cohen se les hubiera ocurrido algo tan bizarro.

Sucedió en Australia, donde Jill Courtney, de 27 años, está esperando juicio por conspirar para cometer homicidio y colocar explosivos en un espacio público. Este acto terrorista —no merece otro nombre— está sustentado en una ideología muy particular: el amor.

Sí, Jill ama locamente a Hussan Kalache, de 28 años. Incluso lleva tatuado su nombre en diferentes partes de su cuerpo. (Jill es una especie de Pucca, que está obsesionada de amor por el ninja Garu, en la extravagante serie animada surcoreana “Funny Love”).

Hussan Kalache, viendo la adoración de su novia, le dijo a Jill que se casaría con ella si llevaba a cabo una “misión”, la cual consistía en poner explosivos en un coche en plena ciudad de Sydney.

Pucca (perdón, Jill) no dudó ni un momento: Se informó ante varias personas sobre la fabricación de explosivos y compró el material necesario.

El plan fue desbaratado por la policía, informada por una llamada telefónica anónima. En el departamento de Jill, la policía encontró un detonador, productos para fabricar explosivos, una peluca y una libreta que presuntamente detallaba la misión: “Ir a lugar, instalar, marcharse, hacerlo, ir a coche prestado, cambiarse, peluca, volver a casa”.

Desgraciadamente, estamos tan acostrumbrados a la violencia, que el acto criminal de Jill (disfrazado de “Funny love” y con elementos realmente ridículos) nos mueve a risa más que a la consternación.

Sin embargo, como se mencionó anteriormente, el acto de Jill fue un acto terrorista frustrado, idéntico a cualquier otro acto terrorista del que se tenga conocimiento.

Todos los elementos están ahí: Un instigador, una cabeza hueca, un motivo abstracto.

El instigador: En ningún lado de la nota se menciona la nacionalidad de Hussan Kalache, el novio adorado por Jill. Sin embargo, se adivina; no por prejuicio, sino porque a menos que Hussan sea un terrorista encubierto, nadie en Occidente le dice a su novia que si se quiere casar con él tiene que poner una bomba en un sitio público.

Por otro lado, es posible que Hussan no sea terrorista sino que, ante la insistencia de su novia Jill de casarse, éste se haya inventado lo de la bomba, sabiendo que cualquier mujer en su sano juicio rehusaría a hacer tal barbaridad o a casarse siquiera con quien pidiera eso.

Por último, está la posibilidad de que Hussan no sólo no quería casarse con Jill, sino que sabiendo que está loca, aprovechó la oportunidad para deshacerse de ella. Así que le dice su condición para la boda —lo de la bomba—, se espera a que Jill ponga manos a la obra y hace la llamada anónima. (¡Por supuesto que fue Hussan el que efectuó la llamada anónima! La policía australiana se vio francamente mal al no haber sospechado siquiera de Hussan y haberlo metido también a la cárcel bajo el cargo de autor intelectual del atentado).

Una cabeza hueca: Cualquiera que dude de que Jill Courtney tiene la cabeza hueca sólo tiene que recordar lo escrito en la libreta donde planeó la misión: “Ir a lugar, instalar, marcharse, hacerlo, ir a coche prestado, cambiarse, peluca, volver a casa”.

Además de lacónicas, sus anotaciones evidencian lo vacío de su cráneo: con un simple error que Jill hubiera cometido al escribir la secuencia, habría colocado la peluca en el coche prestado y se habría calado la bomba en la cabeza o habría instalado la bomba en su casa y cambiado la peluca en el coche prestado antes de volver al lugar donde debía colocar la bomba. (De hecho, Jill cometió un error de secuencia. Si la nota periodística está en lo correcto, “hacerlo” no debería figurar como la cuarta instrucción).

Siempre que escuchamos hablar sobre los terroristas nos los imaginamos como seres fríos, calculadores, sin sentimientos y, por lo general, inteligentes. ¡Nada más alejado de la realidad! Todos esos imbéciles que se hacen explotar en un lugar público o que colocan explosivos para matar a gente inocente son idénticos a Jill: unos románticos incurables con la cabeza hueca.

Porque para matar inocentes no se requiere ser inteligente. Cualquier idota puede planear un ataque terrorista. La dificultad estriba en encontrar al cabeza hueca que lo lleve a cabo. Esto lo saben los instigadores, como Hussan, y para ello utilizan su arma secreta:

El motivo abstracto: A diferencia de los asesinos comunes, los cuales actúan por un motivo objetivo (el más común es el dinero) los terroristas necesitan un motivo abstracto para morir o matar por ello, llámese este religión, opresión o —como en el caso de Jill— amor.

Jill ama a Hussan y se quiere casar con él. Si para lograrlo tiene que poner una bomba en un lugar público y asesinar a algún inocente ¡qué importa! Jill ama a Hussan y ese sentimiento abstracto es para ella un motivo suficiente.

Con su cabeza hueca rellenada hábilmente por la promesa de boda de Hussan, Jill debió haber imaginado su vida de casada con Hussan: una linda casa, un amplio jardín, cenas y fiestas para sus amistades, paseos por la playa , etcétera.

Lo más horrible de todo el asunto es que, de no haberse hecho la llamada anónima a tiempo, Jill pudo haber llevado a cabo el atentado y alguien inocente hubiera resultado herido o muerto.

Y Jill se hubiera casado con Hussen después de cumplida su misión. Y hubieran vivido los dos en la felicidad conyugal más completa..., hasta que Hussan le dijera a Jill que, si quería tener hijos, debería de cumplir otra misión.

5/01/2007

El verdadero nombre de la bestia, cuya cifra es 666

Existe un antiguo enigma que, aunque ya fue resuelto (la respuesta correcta es: Nerón) aún sigue excitando la imaginación de muchos, convirtiéndolo en una especie de juego.

Me refiero al enigma que se menciona en el Libro de la Revelación o Apocalipsis, de San Juan y que dice: “Aquí está la sabiduría. Quien tenga inteligencia, calcule el número de la bestia, pues es la cifra de un hombre. Su cifra es seiscientos sesenta y seis”.

Algunos le llaman el Anticristo; otros, más correctamente, el falso profeta.

Como todo en el Apocalipsis está sujeto a interpretación y yo deseaba material para una nueva entrada del blog, me di a la tarea de efectuar mis propios cálculos y develar el verdadero nombre de la bestia.

Lo primero que descubrí es que con números se puede hacer cualquier cosa y el llegar a la cifra deseada (666) es pan comido. Sin embargo, dicho método de asignar valores numéricos a las letras puede llevarte a la errónea conclusión de que el nombre de la bestia es Eulalio o “Chuck”.

Por lo tanto, debía de existir un error en el enunciado del enigma. Después de reflexionar profundamente en ello por espacio de unos doce minutos, por fin encontré la razón del por qué tantos hayan tratado de resolver el enigma sin éxito.

La clave de ello está en la parte del enigma que dice: “…pues es la cifra de un hombre”. Al parecer, en el momento de escribir sus visiones, el buen Juan cometió el error de poner “hombre” en lugar de “mujer”. Porque todo adquiere sentido cuando nos percatamos que la bestia del enigma es femenina y no masculina.

Alentado por el hallazgo, investigué más a fondo en el Apocalipsis para ver si podía obtener más pistas además de las numéricas. Lo que encontré superó mis expectativas.

En primer lugar, descubrí que la bestia cuyo nombre cifrado es 666 era la segunda bestia: “y tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero, pero hablaba como un dragón” (esto no tiene sentido, pero así es el lenguaje profético). Por lo tanto, esta segunda bestia no era la más importante, lo cual explica que ni Napoleón, ni Hitler ni Stalin o George W. Bush hayan resultado ser el Anticristo, por más que lo merecieran.

Después obtuve aún más datos reveladores con respecto a esta segunda bestia. San Juan nos dice: “Y seducía a los habitantes de la tierra por medio de los prodigios que le había sido dado obrar al servicio de la bestia (la primera)” y “Obtuvo de todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, que se les imprimiera una marca sobre su mano derecha o sobre su frente, y que nadie pudiera comprar o vender, sino quien llevara la marca, el nombre de la bestia o la cifra de su nombre”.

Más claro, ni el agua.

Ahora tenía todos los datos que necesitaba y así resultó sencillísimo develar, por fin, el verdadero nombre de la bestia: Paris Hilton.

Quizás a muchos les cause asombro o estupor el conocer finalmente el nombre de la bestia, pero si se ponen a pensar en ello llegarán a la misma conclusión.

Preguntémonos: ¿Quién es Paris Hilton? ¿Cómo, siendo una nulidad, se convirtió de repente en una nulidad exitosa? ¿De dónde obtuvo su exagerada popularidad?

Muchos enigmas y paradojas encierra la figura de Paris Hilton. El primero de ellos tiene que ver con lo siguiente: Se le llama "heredera" cuando sus padres aún no han muerto y quizá no le hereden nada o sólo una parte, ya que Paris es la mayor de los cuatro hijos de Richard Hilton y Kathy Richards. (Los otros tres son Nicky, Barron y Conrad).

Yo creo que le llaman “heredera” por la sencilla razón que no hay otro título que darle. A sus 26 años (y aunque ha hecho el intento) Paris Hilton no es una estudiante ni actriz ni cantante ni nada. Lo más que la describe es la palabra celebrité, palabra que usan los franceses para referirse a un desempleado al que todos gustan fotografiar.

Porque una paradoja que rodea a Paris Hilton (y que refuerza la idea de que ella es la bestia del Apocalipsis) es precisamente cómo alguien que no hace nada —o cuando hace algo, como actuar, modelar o aparecer en eventos no rebasa el nivel de mediocre—puede ganar tanto dinero.

De acuerdo con el Forbes Magazine, del 2003-04, obtuvo 2’000,000 de dólares por sus variados papeles en la televisión y el cine. Del 2004-05 obtuvo 7’500,000 de dólares por salir en televisión, cine, modelar y también por aparecer en algunos eventos. Y en el 2005-06 Paris ganó unos 200’000,000 de dólares por sus películas, perfumes, su disco, y modelar. Durante este periodo el Forbes Magazine la clasificó como una de las 100 mayores celebridades del mundo.

Admitámoslo, Paris Hilton no tiene ni un solo atributo que justifique su fama: no es bella, ni carismática, ni tiene cuerpo de modelo, ni sabe actuar ni cantar.

Lo que de verdad hizo a Paris Hilton famosa fue el vídeo sexual 1 Night in Paris, película casera donde aparecía ella y su ex-novio Rick Solomon, que fue descargada en Internet poco tiempo después de que hiciera debut el programa The Simple Life (por el cual Paris recibe 3’000,000 de dólares por temporada).

La cinta titulada en DVD One Night in Paris salió el 9 de junio del 2004, dirigida por Rick Solomon. Los Hilton se indignaron y demandaron a Solomon por difundir la cinta, y recibieron 400,000 dólares y un porcentaje de las ventas de la película. (¡Esto es lo que hace exitosos a los magnates. Aún en la adversidad se las arreglan para obtener algún beneficio económico!)

También en 2004, Hilton participó en la campaña de Sean P. Diddy "Vota o Muere" para que las personas votaran en las elecciones presidenciales. Sin embargo, fue acusada de hipócrita cuando se reveló que no votó, ni siquiera se registró para esto.

Si después de todo esto alguien no está convencido como yo de que el nombre de la bestia es Paris Hilton, lo invito a que se acerque de nuevo a la parte del Apocalipsis que menciona la marca de la bestia y descubra su significado, el cual se encuentra en la siguiente parte: “… y que nadie pudiera comprar o vender, sino quien llevara la marca, el nombre de la bestia o la cifra de su nombre”.

Así también podrán conocer el nombre de la primera bestia, a la cual Paris Hilton sirve.