8/15/2010

Avivando las llamas

Antes de empezar quiero dejar muy clara mi posición: Soy un escéptico, un “negacionista” del Calentamiento Global/Cambio Climático. No niego que esté ocurriendo. Lo que niego es que el Cambio Climático sea causado por el ser humano.

Es obvio que algún efecto debe de tener la acción humana, pero no al grado de propiciar un Cambio Climático. A mi parecer, éste tiene su origen en ciclos de origen natural y quizá en los patrones de radiación solares.

Aunque, repito, no creo que los seres humanos sean los causantes del Cambio Climático, sí apoyo todas las acciones posibles para evitar la contaminación y sustituir paulatinamente el petróleo por otras fuentes alternativas de energía renovable.

No recibo un solo peso de alguna empresa petrolera o biotecnológica, mi trabajo no tiene nada que ver con empresas energéticas y no siento simpatía por ninguna de éstas.

¿Quedó claro?... Bien, prosigamos.

El origen de mi escepticismo en esta materia se remonta al 2000, cuando Al Gore perdió las elecciones para presidente contra George W. Bush y cambió su discurso hacia el anuncio de un inminente “Calentamiento Global”.

Cuando un político —de cualquier nacionalidad e ideología— hace algo así, de inmediato me pongo en alerta. Algo extraño va a pasar. Sin embargo, como la política no es ni con mucho mi tema preferido, no fue sino hasta 2003 cuando me encontré con algo que alteró mi punto de vista: La conferencia que dio el extinto Michael Crichton en el Instituto de Tecnología de California el 17 de enero 2003 intitulada: Aliens cause Global Warming. (El enlace nos lleva ¡a la Asociación Forestal de la Costa Central! No es por nada, pero queda como anillo al dedo en el tema que nos ocupa).

Por desgracia, después de tan brillante elocuencia, a Michael Crichton se le ocurrió escribir en 2004 un libro sobre el mismo tema: Estado de Miedo, título que le va a la perfección porque resultó ser un libro realmente espantoso.

Sin embargo, el buen Michael ya había plantado en mí la semilla de la duda, por lo que desde entonces me dediqué a leer todo sobre el asunto del Calentamiento Global.

Como acostumbro a hacer, no sólo leí todo lo que reforzara mi punto de vista escéptico, sino que también todo lo relacionado con los creyentes en el Calentamiento Global. Así que no soy nuevo en el tema, y todo lo que he leído acerca de la realidad o la falacia acerca del Calentamiento Global me ha permitido establecer mi punto de vista y poder dar una opinión basada en argumentos sólidos y no en especulaciones. (Una fuente confiable en donde se puede tener una visión de ambos bandos es el Climate Debate Daily).

Pasado el tiempo llegó el tramposo documental Una verdad Incómoda de Al Gore (es tramposo porque abunda en inconsistencias, medias verdades y mentiras a secas); el premio Nobel de la paz 2007 para Al Gore y el IPCC de la ONU, y más recientemente el escándalo del “Climategate” de los correos filtrados de la Universidad de East Anglia, en Inglaterra, que dejó muy mal parados a los que apoyan el Cambio Climático.

A tal grado resultó dañino para “la causa”, que la Cumbre de Copenhague fue un fracaso y desde entonces ha bajado en forma considerable el apoyo a la hipótesis del Cambio Climático Antropogénico.

Poco a poco, los medios de comunicación fueron abandonando el tono de “¡Es el lobo, es el lobo!” con cualquier desastre natural que ocurría. La gente está mostrando cansancio al ver de que el lobo no aparece por ningún lado y se da cuenta (o sospecha al menos) de que hay algo podrido en Dinamarca. Así que, insensiblemente, el discurso del Apocalipsis ecológico salió de los medios de comunicación.

Pero tal parece que actualmente vuelve por sus fueros. O al menos es lo que pude entrever cuando leí el siguiente artículo acerca de los incendios en Rusia y que es el motivo del presente post, ya que lo quiero comentar para que se vea que el discurso catastrofista no se ha abandonado.

El propósito del artículo no es comentar la situación de emergencia causada por los incendios forestales en Rusia, sino ligar el hecho al Calentamiento Global. Esto se puede ver desde el título: “Tienen efecto global incendios en Rusia”.

Los que redactaron el artículo conocen su oficio. Las afirmaciones catastrofistas de los primeros párrafos se ven contradichas posteriormente, pero están mezcladas de tal manera que su efecto contradictorio se pierde. Así que colocaré en un orden diferente algunas de las partes del artículo para ver este efecto engañoso. (La contradicción aparece en cursiva):

“La ola de incendios que asuela Rusia no sólo tiene un efecto nocivo en la salud de los pobladores, sino que está acelerando el deshielo del Ártico y el calentamiento global con consecuencias impredecibles… La principal preocupación es qué impacto tendría el humo ruso en el Ártico en términos de carbono negro y otras partículas que caigan sobre el hielo marítimo… La quema masiva de árboles se reflejará en un clima más caliente y seco, lo que a su vez llevará (en las próximas décadas) a un aumento en el riesgo de incendios… No hay duda de que las catástrofes naturales actuales son causadas por el cambio climático, pero, además, generan efectos para el clima del planeta”.

Hasta aquí nos queda claro que los incendios en Rusia acelerarán el Calentamiento Global, pero más adelante dice el artículo: Sin embargo, señalan (los expertos) que es imposible relacionar directamente el calentamiento global con un evento en particular.

Entonces, ¿por qué demonios están relacionando directamente el Calentamiento Global con los incendios en Rusia? ¿No que resulta imposible hacer eso?

Más adelante: “Más allá de la situación en Rusia, causada por una prolongada sequía y temperaturas récord, las recientes catástrofes naturales reportadas en China, India y Pakistán por inusuales lluvias coinciden, según los expertos, con las predicciones sobre los efectos del cambio climático”.

Pero, “…por lo menos parte de estos últimos fenómenos, según Baddour, podría ser atribuida al fenómeno meteorológico de "La Niña", que, al contrario que "El Niño", se caracteriza por un enfriamiento de la temperatura en la superficie del Océano Pacífico, lo que favorece importantes precipitaciones”.

Por más esfuerzos que los “expertos” han realizado hasta la fecha, resulta imposible predecir la aparición, intensidad y duración de los fenómenos meteorológicos de “El Niño” y “La Niña”.

¿Por qué se empeñan en culpar a las grandes cantidades de CO2 liberado en la atmósfera por los incendios en Rusia de las fuertes lluvias ocurridas en otras partes del mundo? ¡Las lluvias en China, India y Pakistán fueron anteriores o simultáneas a los incendios en Rusia!

No es posible que esas precipitaciones hayan sido por causa de los incendios rusos. Quizá si en un futuro cercano se presentaran esas fuertes lluvias en esos países podría achacárseles a los incendios, pero no antes. ¿Entonces, por qué no quieren admitir que es más posible que el fenómeno de “La Niña” haya causado dichas precipitaciones abundantes?

Para terminar con el artículo: "Siempre vamos a tener condiciones climáticas extremas. Sin embargo, el cambio climático parece estar exacerbando la intensidad de los extremos… Son acontecimientos llamados a repetirse e intensificarse en un clima perturbado por la contaminación de gases de efecto invernadero, explicó el vicepresidente del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de la ONU”.

Sin embargo: “No se puede jurar al 100 por ciento que nada de esto habría pasado hace 200 años, pero la sospecha está ahí”.

Artículos como este (de los que hay miles) son lo que me ha llevado a mi situación actual de escepticismo con respecto al Cambio Climático. Son artículos tendenciosos, alarmistas, tramposos, que confunden (a propósito) peras con manzanas.

Es por eso que el asunto del Calentamiento Global se ha convertido más en un artículo de fe que de ciencia. El la más nueva religión en el orbe.

Son pocas las voces que se han alzado para denunciar el tono catastrofista de los que apoyan la hipótesis del Cambio Climático Antropogénico. A esas voces hay que escucharlas con atención. Hay que deshacernos de nuestros prejuicios y exigir hechos, no especulaciones, a los que nos hablan sobre el Cambio Climático.

Y siempre (¡siempre!) sospechen de las causas que los políticos toman como propias. Créanme, esos tipos no son confiables.

Los dejo con el más sensato artículo sobre el tema que he leído recientemente. Lo encontré en el semanario alemán Der Spiegel.

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