10/22/2010

Un asno en 3D

El pasado fin de semana Jackass 3D lideraba la taquilla en los Estados Unidos. No sólo eso, sino que establecía récord como la película con uno de los mejores debuts de fin de semana de todos los tiempos.

Lo más extraño de todo es que la película no tiene trama y está hecha por hombres, para hombres. Se puede decir que Jackass 3D es la más pura “dude flick”, esto es, la verdadera antítesis de las películas hechas por mujeres, para mujeres, y a las que se les conoce como “chick flick”.

Y digo que Jackass 3D es la verdadera antítesis de una “chick flick” porque existen otras películas hechas por hombres, para hombres, que no pueden clasificarse “dude flick” como Jackass 3D. Películas como The expendables o Transformers, aunque están dirigidas hacia el mercado masculino, no alcanzan la “pureza” de esta cinta peculiar.

Antes de proseguir, permítanme un breve paréntesis. En otras ocasiones, estas crónicas se han ocupado de las “chick flicks”. Sin embargo, creo que mis comentarios sobre este tipo de películas han sido mal interpretados. Primero que nada, nunca he afirmado que las “chick flicks” sean películas malas. Al contrario, algunas de éstas películas son verdaderas joyas. Lo que pasa es que están narradas en el lenguaje del sentimiento y, para la mayoría de los hombres, dicho lenguaje está escrito en jeroglíficos. Las mujeres y una minoría de hombres (entre la que me incluyo) son capaces de descifrar esos “jeroglíficos”; para el resto de los hombres —algo así como un 98% de éstos— permanecen ilegibles.

Continuando con Jackass 3D: Lo que más llamó mi atención con esta tercera entrega de la serie fue el tono de la crítica. Aunque parezca increíble, las reseñas no fueron lo negativo que podría esperarse de una película cuyo único mérito es demostrar definitivamente que la estupidez masculina no tiene límite.

Aunque ningún crítico alababa la película (algo imposible de hacer) todos mostraron cierta condescendencia a la hora de reseñar la última aventura de Johnny Knoxville y su pandilla, con la excepción de Dana Stevens, de Slate, que agradecía a Dios el haber dado a luz a una niña y no a un niño.

Entre las cosas que los críticos mencionaron como “atenuantes” estaban la frescura y camaradería que mostraron todos los miembros del reparto; el uso inteligente que se había hecho de la 3D (un crítico aducía que Jackass 3D era la única película que había superado la queja de James Cameron en el sentido de que las películas explotaban más que experimentaban con la tecnología de la tercera dimensión) y el tono surrealista, de rebelión, que trasmitía la película. La más extraña de las críticas fue la de los curadores del Museo de Arte Moderno de NY, que elogiaron “la revuelta de la película contra el falocentrismo y el uso del cuerpo como lienzo para actos de violencia transgresora”. ¿Qué tal?

Otra cosa digna de mención fueron los comentarios de los usuarios de diferentes foros de discusión. Aunque es natural que los comentarios positivos de la película fueran hechos por hombres (uno dijo que eran los $15 dólares mejor gastados que había hecho nunca) —lo que nos da una pista de por qué la película recaudó tanto dinero en su debut— había un número nada despreciable de mujeres que afirmaban que la película les gustó.

¿En serio, mujeres disfrutando con Jackass? ¡El fin está cerca, arrepentíos!

Ni siquiera yo, que estoy más que capacitado para el modo “a ver qué pasa” (ver el post Advertencia: no tomar antes de casarse) y que seguía con gusto las aventuras de Beavis & Butthead en MTV, soy capaz de disfrutar el tipo de bromas de Jackass.

Nunca vi más que algunos minutos de un programa de Jackass. Tampoco he visto ninguna de sus películas y mucho menos espero ver la última en su versión 3D. ¿Tipos golpeándose en los genitales? ¿Arrojándose fluidos corporales unos a otros? ¿Un idiota enfundado en un disfraz manejando un carrito de golf por una empinada pendiente que se estrella contra una pared formada por jarrones de vidrio? No gracias.

Como a todos los hombres, me gusta ver programas como “Destuído en segundos”, videos de persecuciones, carreras de dragsters o de monster trucks y, en general, todo aquello que implique destrucción, accidentes, explosiones o situaciones de peligro.

La diferencia entre este tipo de entretenimiento (no me pregunten el porqué a los hombres nos gustan esas cosas porque no lo sé) y Jackass es que en el primero lo que se muestra son imágenes producto de accidentes o del azar, mientras que en Jackass todo es premeditado: cada golpe en la entrepierna, cada salto desde un trampolín a una piscina llena de algo que cause daño, cada excremento lanzado contra el rostro, cada tope, deslizamiento o caída está pensado de antemano.

Los tipos de Jackass (todos ellos en sus treintas) no están en el modo “a ver qué pasa”, porque saben perfectamente qué pasa cuando te arrojas desnudo desde un segundo piso a un contenedor de basura lleno de pelotas de golf: un dolor muy fuerte.

Así que ver a un grupo de treintañeros con tendencias suicidas y/o sadomasoquistas con cerebros de preescolares no es un gracioso. Es patético.

Entonces, ¿qué explica el que algunas mujeres hayan dicho que les gustó Jackass 3D?

No lo sé. Quizá alguna de las lectoras de estas crónicas pueda responder a ello. Cualquier comentario que arroje luz sobre el asunto será bienvenido.

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