“La estadística es una ciencia que demuestra
que si mi vecino tiene dos coches y yo ninguno, los dos tenemos un coche”.
George Bernard Shaw.
En éste aforismo
se nos previene de una de las características más paradójicas de la estadística:
es muy fácil mentir con las cifras. Y nadie en el mundo hace mejor (o peor) uso
de la estadística que los políticos. Podemos decir que las estadísticas son la
materia prima de sus promesas de campaña.
Esto viene a
cuento porque recientemente ha vuelto a cobrar fuerza el tema de los nini’s, o
sea aquellos jóvenes que ni estudian ni trabajan. Cuando iniciaron con el tema
en los medios de comunicación, se estimaba que en México habían 5 millones de
nini’s; ahora esa cifra se ha incrementado considerablemente y llega a los 7
millones.
En un ambiente
de inseguridad como el que padecemos en México, esa enorme reserva de jóvenes
sin ocupación causa un enorme temor: que muchos de ellos sean reclutados por el
crimen organizado y lleven al país a su ruina definitiva.
Ante esta terrible
eventualidad, los políticos, las organizaciones civiles, las iglesias, los
intelectuales y los comentaristas políticos se han apoderado de esa cifra de 7
millones para amoldarla a sus necesidades e impulsar así sus agendas
particulares.
En lenguaje
coloquial, cada quien lleva agua a su molino.
Sin embargo, dos
estudios recientes indican que el problema con nuestros nini’s puede ser muy
diferente al de los nini’s italianos, para poner un ejemplo de un país en el
que el fenómeno ha alcanzado proporciones muy graves.
Y es que nuestros
nini’s son en su mayoría nica’s. O sea, mujeres que ni estudian ni se casan.
En el estudio “Los Jóvenes Mexicanos. Situación Actual y
Desafíos Futuros” de la Subsecretaría de Educación Superior de la SEP,
publicado en abril pasado, se señala que de los 7.1 millones de nini’s, cerca
3.4 millones no tienen interés de trabajar pues atienden otras obligaciones,
mientras más de un millón 100 mil sí están disponibles para laborar pero no
buscan empleo por considerar que no tienen posibilidad de obtenerlo. Asimismo,
unos 48 mil ya han desistido de buscar un trabajo.
Sin embargo, la
parte más reveladora del estudio es la que señala que ¡8 de cada 10 de esos
jóvenes son mujeres que se dedican a las labores del hogar! Asimismo, señala
que en 17 de los 31 estados de la República es mayor el porcentaje de jóvenes
que ni estudian ni trabajan al promedio nacional (20%) y que las entidades con
las cifras más altas son Chiapas, Michoacán y Tabasco, pues uno de cada cuatro
de sus jóvenes de entre 12 y 29 años están en esa condición.
Ahora bien, para
los que no confían en la SEP tenemos el informe denominado “El Panorama
Mundial de la Educación 2011” que revela que México es el país miembro de la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) que tiene el
mayor número de mujeres jóvenes que no estudian ni trabajan y que acaba de
ser publicado recientemente.
Según el estudio
de la OCDE, de los 7 millones 226 mil jóvenes que tienen entre 15 y 29 años, el
38 por ciento son mujeres.
Además nos señala
que “Los niveles de inactividad dependen en buena parte de las diferencias de
género. En México, la proporción de mujeres entre 15 y 29 años que no reciben
educación y que están desempleadas o no forman parte de la fuerza laboral es
3.6 veces superior a la de los hombres".
El estudio
también destaca que la proporción de mujeres inactivas aumenta con la edad,
respecto al de los hombres: "Mientras que la proporción de mujeres
inactivas entre 15 y 19 años es 2.3 veces mayor que la de los hombres, entre 20
y 24 años, la proporción aumenta a 2.9 veces y a 5.1 veces para la población
entre 25 y 29 años”.
Lo cual se
traduce en que “El promedio de las mujeres inactivas en los Países de la OCDE
es del 17.7 por ciento, mientras que en México es del 38 por ciento”.
Como podemos
ver, aunque ambos estudios no coinciden en las cifras (lo cual es un punto a
favor de su veracidad y no en contra, dadas las diferencias metodológicas) los
resultados son similares: una gran proporción de los nini’s son mujeres, que
habitan predominantemente en estados del sur del país.
Y si tomamos
como válidas las cifras de la SEP, esto significa que de los 7’100,000 nini’s,
sólo 1’420,000 son los que se adaptan a la definición “de miedo” que nos han
querido vender los políticos y los medios de comunicación. Esto es, hombres jóvenes que están en peligro de convertirse en sicarios (siempre
que surge un miedo de esta naturaleza, la “opinión pública” se imagina el peor
escenario. Esos jóvenes no pueden convertirse en ladrones o estafadores. No,
tienen por fuerza que ser “sicarios”).
Así que el
verdadero problema no son esos 1’420,000 nini’s, sino la desproporcionada
cantidad de mujeres que ni estudian ni se casan: las nica’s. (Si evito
mencionar el “ni trabajan” es porque esas mujeres, a diferencia de los hombres
en su misma situación, es que ellas contribuyen con su trabajo doméstico, al
cual malamente nunca se le considera como trabajo productivo. En lo que
respecta a ese “ni se casan” es una manera irónica de mostrar su desventaja).
Y la causa
principal de la existencia de las nica’s es cultural: los mexicanos aún somos
incapaces de permitir que las mujeres se integren a la economía formal. Aún
somos una sociedad de machos en la que impera la creencia que las mujeres no
sirven más que para tener hijos y mantener contento a su marido.
México tiene
muchos retos por delante. Y entre los principales se encuentra el reconocer y aprovechar
la enorme potencialidad de sus mujeres.
Que no te
asusten con los nini’s: muchas de ellas son mujeres.
Y no son un
problema, son parte de la solución.
Muy buen analisis. ni se me habia ocurrido la verdad ponerme a meditar en eso.
ResponderBorrarsaludos.!